1 de marzo de 2007

Desde la literatura

Recibí un mail con una cita bibliográfica interesante:

Hace algunos días, este fragmento me encontró. Ahora lo comparto con ustedes...

"...El 7 de julio, la Conferencia Episcopal elevó una nota a la Junta Militar, en que manifiesta la consternación producida por el asesinato de religiosos en la parroquia de San Patricio, para agregar: 'Pero no podemos ni queremos hacer sólo hincapié en aquel luctuoso crimen, proque además todos los días la crónica periodística nos trae la noticia de otras muchas muertes sobre las cuales el tiempo pasa, y nunca se sabe cómo ocurrieron, quién o quiénes son los responsables. Todo ello causa en nuestro pueblo inquietud y desasosiego. Nos preguntamos o, mejor dicho, las gentes se preguntan, a veces sólo en la intimidad de su hogar o del círculo de amigos -porque el temor también cunde-, qué significa todo esto, qué fuerzas tan poderosas son las que con toda impunidad y con todo anonimato pueden obrar a su arbitrio en medio de nuestra sociedad. También surge la pregunta: ¿qué garantía, qué derecho le queda al ciudadano común?'. Y más adelante: 'Todos anhelamos, y nos sentimos con el derecho de decir que los obispos lo anhelamos como el que más, un porvenir de paz, de progreso, de libertad, de fraterna convivencia en el país, acorde con nuestras mejores tradiciones...Buscamos una patria donde el derecho sea que el que reine para todos su hijos, afianzando el bien común' "

Sabato, Ernesto; "Nuestro Tiempo del Desprecio. La Dramática Encrucijada" en Apologías y Rechazos; Seix Barral; 2003; Págs. 132-133.

Emilia Gallegos

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