Hipótesis 3: Otra variable en el cambio de las reglas de la violencia viene dado por el contexto económico actual: según cifras oficiales, se han perdido más de 30 mil empleos y para el fin de 2009 la cifra podría ser de 50 mil. La literatura criminológica ha señalado la influencia de este fenómeno social y su relación con el comportamiento criminal en una sociedad, Rusche y Kirchheimer descubrieron una tendencia según la cual, en épocas de crisis se aplicaba más encarcelamiento como control de la mano de obra excedente, la tendencia se invertía en tiempos de bonanza económica. No podemos obviar el fuerte peso que el agravamiento de las condiciones de supervivencia tiene en el contexto, fenómeno que no puede ser intervenido exclusivamente desde estrategias de control.
Como una derivación de lo anterior, la crisis podría estar estimulando formas delincuencias de tipo patrimonial como las ampliamente difundidas extorsiones. Ellas también aportan una cifra no menor a la letalidad de la violencia, puesto que las mejores amenazas son aquellas que se está dispuesto a cumplir, de esta forma, el homicidio es el principal mensaje para asegurar el éxito de la industria extorsiva (el que no cumple, muere), teniendo en cuenta que probablemente dichas acciones quedaran impunes. No es que todos los extorsionistas maten o tengan la voluntad o posibilidad de hacerlo, pero se ven beneficiados por esos mensajes que otros sí realizan, con lo cual se fortalecen. Sin embargo, en el peor de los casos, también las limitaciones económicas actuales impiden que las víctimas cumplan con las condiciones impuestas por los delincuentes, aumentando el riesgo de convertirse en un mensaje aleccionador de los extorsionistas.
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