Este espacio se sumó a la iniciativa "blogs por el cambio" en apoyo a la candidatura de Mauricio Funes. Nos satisface que nuestro candidato haya logrado ganar los comicios con la mayoría del voto popular, incluso, en contra de las irregularidades señaladas en el post previo a éste, que fue escrito como un breve informe preventivo previo, preparándonos en caso de incertidumbre en los resultados finales. Afortunadamente, el Tribunal Supremo Electoral, brindó información pronta y efectiva sobre los resultados que desaparecieron el fundado temor sobre un fraude (bajo la mirada ligeramente inquisitorial de cinco mil observadores y el cuerpo diplomático)
Si bien, Funes ganó, su victoria se dio a pesar de las irregularidades. Es decir, no hay que obviar que los espacios de distorsión siguen vigentes y es necesario corregirlos y fortalecer el sistema, así como su seguridad y mecanismos de auditoría. Esto, en el marco de una revisión general del sistema electoral.
Pero en lo que nos atañe, el nuevo gobierno enfrenta, junto con la crisis económica mundial, el desafío de pacificar El Salvador, país considerado como uno de los más violentos del mundo. La herencia que se recibe es la de la necesidad de rediseñar y reorganizar de manera planificada y rigurosa el sector seguridad, trazar su política y revisar sus relaciones con el sistema penal en su conjunto, con el órgano legislativo en materia de política penal y penitenciaria y con los gobiernos municipales en materia de seguridad ciudadana.
La cárcel y su racionalización debe ser un aspecto de tratamiento prioritario para revertir su impacto en la inseguridad. Esta ha dejado de ser un medio de limitación de las actividades delictivas de las personas reclusas, en algunos, casos la libertad o reclusión no marca diferencia.
El crecimiento del crimen organizado, la complejización y diversificación del accionar de las pandillas o maras, la presión que sobre la subregión generan Colombia y México con sus problemas de lucha contra el narcotráfico son desafíos que deben enfrentarse como gobierno pero también en conjunto con otros gobiernos y estrategias de coordinación ¿Cómo el nuevo gobierno se posicionará frente a estas temáticas tanto en el plano nacional como en el subregional y regional?
Un gobierno del cambio, por definición no puede alinearse en esquemas probadamente inadecuados o fracasados: la policialización del problema de la inseguridad o su abordaje desde la política penal, es decir, mediante reforma de leyes, así como la improvisación y la marginación de la prevención social del delito son aspectos que deben ser reemplazados por una nueva forma de gestionar la inseguridad que sea eficaz, preventiva, proactiva y respetuosa de los derechos humanos y la constitución, así como por una diversificación de las respuestas a la conflictividad, diferentes al derecho penal.
En los proximos post estaré reflexionando más detenidamente en algunos de estos temas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario