2 de mayo de 2008

Los medios y el periodismo judicial

Creo que de a poco los periodistas como profesionales han ido aprendiendo mucho sobre el funcionamiento del sistema de justicia, sin embargo, uno no acaba de ver la frontera entre lo aprendido por este gremio y lo que los medios de comunicación reflejan, es decir, no se sabe si lo que las coberturas judiciales muestran son el conocimiento del gremio periodista o las líneas editoriales de los medios.
Esta mañana La Prensa Gráfica -cual niño engolosinado- dedica dos páginas de la sección de noticias con la cobertura intitulada: "Denuncian a jueces por desobedecer a la Corte" donde dan cuenta de la denuncia interpuesta por el magistrado presidente de la Cámara Primera de lo Penal de San Salvador en contra de varios jueces que han dejado en libertad provisional a personas procesadas por delitos no excarcelables, establecidos en el Art. 294 del Código Procesal Penal, disposición que hace poco más de un año fue declarada, según la Sala de lo Constitucional, apegada al texto fundamental, no sin poca polémica y crítica de sectores académicos y de derechos humanos.
Pues bien, es un hecho importante, por lo tanto se elevado a la categoría de noticia de interés es completamente legítimo. Lo que me parece criticable es que la noticia solo cubre una versión de los hechos: la del magistrado denunciante e incluso se da por sentada "la desobediencia" (este término tiene reminiscencias autoritarias innegables) sin una confrontación de la parte denunciada, ni la debida revisión de los fallos concretos y las razones o sinrrazones que los amparan, sumandose de esta forma, a la estigmatización simplista del sector judicial y a los ataques a este sector fomentados por el Ejecutivo y sectores conservadores-autoritarios.
Desde mi punto de vista -tal falible y discutible como cualquier otro- un periodismo judicial de altura debería tener un mínimo de cuidado en verificar informaciones, confrontar fuentes y trasladar esa información debidamente procesada a la ciudanía, pero al parecer, aún hace falta trecho para llegar a ese nivel y mientras tanto, lo que hacen es reproducir -por acción u omisión- su ignorancia y prejuicios para "formar opinión pública".

3 comentarios:

  1. Anónimo10:29 p. m.

    Creo que los periodistas no son mas amarillistas porque se visten de rojo o de azul-blanco-rojo. Ninguno tiene amarillo :).
    Son espectaculos que disfrazan la verdad y presentan solo un lado para ver que dice el otro.
    Siempre que exista una causa, existira un efecto.
    ¿Mucho no se puede esperar o si?

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  2. Pues este tema tiene que ver mucho con el tema de la responsabilidad de los MCS en el tratamiento que le dan a la información (forma de presentarla), discriminación en la difusión de las noticias (cuales noticias presentar y cuales no) y en la intencionalidad de generar una nota determinada. A esto hay que sumarle el tema que esta "responsabilidad" debido a una reforma en el código penal ha derivado en una irresponsabilidad mediatica tan irracional como injusta.

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  3. Edgardo: esto no es una respuesta a tu post sino una reflexión sobre el tema.

    "Los medios" no existen, es decir, si utilizamos esa expresión como sujeto de una proposición, creo que no tendría valor explicativo.

    "Los medios" incluirían la revista "Condorito", la extinta "No Hay Derecho", los distintos programas de televisión (desde Caiga Quien Caiga, de Mario Pergolini, hasta todos los engendros que tuvo Bernardo Neustadt, quien hace poco debe haberse instalado en el infierno, ya que difícilmente haya sido aceptado en el purgatorio o similares), los periódicos nacionales, las revistas semanales, los periódicos locales, CNN, etcétera, etcétera, etcétera.

    Sí concido con vos en que como regla, el periodismo jurídico o judicial es de regular para abajo. Yo creo que en gran medida ello se debe —los periodistas no salen de los repollos— a que la cultura cívica de la gran mayoría de los miembros de nuestras sociedades es bastante pobre.

    Además de que "los medios" no emiten mensajes de contenidos similares o análogos, tampoco los receptores del mensaje lo decodificamos a todos de igual manera.

    Por último, cualquier persona que informe, narre u opine sobre las noticias, distorsiona o parcializa tanto como lo hacemos los abogados al explicar una cuestión jurídica o los hechos de un caso; como lo hacen los historiadores; como lo hacen los reporteros gráficos; como lo hacen los documentalistas; como lo hacen los religiosos; como lo hacen los políticos, como lo hacen los científicos.

    Ello no niega, por otro lado, que existen medios o periodistas que difunden información absolutamente falsa o distorsionada con total mala fe (me está sucediendo ahora por mi intervención en un caso judicial). Pero tales hechos no son una ley sociológica universal.

    En este sentido, creo que quienes nos dedicamos al derecho tenemos una concepción bastante simplista de los medios y de los procesos de comunicación (ver Abregú, Martín, Tras la aldea penal, en Revista "No hay Derecho", s. ed., Buenos Aires, Nº 5).

    Saludos,

    AB

    PS: Me encanta esta frase genial de Abregú:

    "Lombroso no necesito de Canal 9 Libertad para crear su teoría del hombre delincuente".

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