Revisando mis archivos, encontré esta ponencia del criminólogo noruego, Nils Christie (+), hecha en el Congreso internacional: Juventud, seguridad
y justicia en Centroamérica, el 12 de marzo 2008, donde fue uno de los oradores principales. Lo que sigue, es una transcripción simultánea de la traducción de su conferencia en el evento, así que tiene algunas frases sueltas o ideas incompletas, pero creo que rescata lo esencial.
En primer lugar me gustaría hablar de la
política. Aquí escucho mucho hablar de la pobreza con mucha frecuencia y eso es
un poco complicado en este lugar tan lujoso. Nosotros hablamos de la pobreza,
pero ustedes no lo creerán que en Noruega hay una gran cantidad de gente que
dice ser pobre. Y lo son. Son más pobres que hace 10 años, porque los ricos son
más ricos, la clase media se sube y los pobres se hunden. Ellos son pobres pero
en otra medida a Guatemala. Esos pobres son los que constituyen la mayor parte
de la población penitenciaría.
Frecuentemente se habla de la gente
económicamente pobre, pero quiero hablar de la pobreza social. En este punto yo
podría mencionar que mi país es, en alguna manera, más pobre que este.
Visitando este país, y otros de América Latina, me siento abatido por la
pobreza de mi país. Pareciera que hemos intercambiado pobreza. Esto es
particularmente a lo largo de todas las clases en Noruega. Y si yo lo comparo
con visitas que he hecho a otros países, en Guatemala hay más vida social. Hay
una inversión: nosotros hacemos que la gente sea rica pero pierda elementos de
la vida social, en los países europeos, es en los sectores más populares es
donde la gente más comparte y socializa en el espacio público y la gente es más
conciente de la necesidad de ayudarse mutuamente. Los ricos tienen dinero pero
aislamiento. Los pobres no tienen dinero pero riqueza en relacionamiento
social. Pero eso es un poco peligroso, pues los que tienen el dinero tratan de
destruir a los que tienen identidad social, esto sucede de tal forma que los que
tienen tanta riqueza, tratan de moverse ahí instalando grandes edificaciones
para empujar a los pobladores a abandonarlos -imagino que eso pasa con los
indígenas aquí- de esta forma, las vuelven más vulnerables, pues pierden su
capital social.
Algunos escogen asociarse en pandillas,
algunas peligrosas otras no. ¿Cuál debería ser el modelo para la vida de la juventud?¿quiénes
son los maestros en la sociedad ahora?¿los sacerdotes? Probablemente no ¿Otros
grandes héroes culturales? No ¿Cuáles son las grandes catedrales? Los grandes
centros de negocios, las grandes casas ¿Cuál es el símbolo de lo que se tiene
en nuestras sociedades? Los iconos de los negocios, de la riqueza, los que
tienden a llevarse consigo la riqueza social. Solo traje un párrafo que quiero
compartir:
Es un hombre que se llama Kerry que se
pregunta que hay detrás de la brutalidad de las relaciones sociales en nuestro
contexto: “hablamos sobre la conexión sobre el crimen y los países de la gente
pobres. Se habla de la cultura de los infraclase, pero no se habla de la
cultura de las clases superiores. Simplemente no entenderíamos el carácter del
crimen en nuestro mundo contemporáneo, talvez solo el uso de la violencia, a
menos que la veamos en el contexto del crecimiento de las culturas de las
clases dominantes a la depredación y liquidación de la vida humana.
Él llama el mundo de los negocios, el mundo
de los tiburones. El ánimos de hacer dinero … cualquier instrumento para
lograrlo, sin límites. Pero no es sobre esto de lo que protestan las
sociedades, cuando protestan por el delito. Tenemos que redimensionar ese
respeto hacia el capital social y los valores y ahora podemos preguntarnos:
¿Cómo lograrlo? Debemos hacer esfuerzos para que la gente logré ver a los otros
como seres humanos. Por qué estoy tan interesado en la posibilidad de verte
como una persona en totalidad y tú a mí como una persona en totalidad? Porque
también estoy interesado en una forma de tratarte mejor y que tú me trates
mejor. Mi razón para insistir en esto es porque conozco muchos asesinos. En mis
primarios días como estudiante y profesor, estuve completamente dedicado al
estudio de los campos de concentración alemanes, pero ustedes saben que en la historia matar
grandes cantidades de personas sucede muy a menudo. Por qué nos matamos unos a
los otros? Mi experiencia es que ayudaría el hecho de vernos mutuamente. Una
vez hice un estudio sobre 50 asesinos, y los comparé con otras 50 personas en
situaciones similares sin matar. Todos los 50 habían sido guardias en campos de
concentración. Hubo un campo de concentración terrible en que el 70% murió en
el invierno. Era en el norte de noruega, dirigido por alemanes, pero eran
noruegos los que mataban y después de la guerra se preguntaban ¿cómo pudieron?
¿los noruegos no matan? Nosotros nos vemos muy pacíficos (menos los hombres) en
Noruega tenemos 40 homicidios al año, comparados con los seis mil de Guatemala.
Nosotros matamos a otros con nuestro petróleo. Regreso a mi tema: Tu estas
desesperado cuando eres un prisionero, tomas agua todo el tiempo para calmar el
hambre, no parecerás un esqueleto, pero tu cuerpo es todo agua. Una infección
te ataca todo el cuerpo o puede matarte una diarrea por comer cualquier cosa
que encuentres y si te tratas de sentar, no puedes hacerlo porque un guardia te
mataría pensando que tratas de escapar, así que caminas ahí, enfermo, no luces
como un ser humano y , aquí viene la clave de alguna manera: yo lo aprendí
cuando hablé con estos guardias que nunca habían matado: me contestaron que
habían visto algunas de sus fotografías de cuando estaban en eslavia, que
lucían como personas normales. Al otro grupo, a los que mataron les pregunté si
habían visto las fotos: no las habían visto.
Para el grupo de los que mataron, ellos
eran no-humanos. …
Como nosotros vemos, en mi país
constantemente se nos dice que no debemos matar seres humanos. Pero estos
prisioneros no eran humanos para quienes los mataron. Pero aquellos que vieron
las fotos, fueron capaces de definir a los prisioneros como seres humanos. Esta
es la esencia de matar y lamentablemente tengo que compartir la experiencia de
un prisionero yugoeslavo que se encontró un diccionario en el Campo de
Concentración y, en estaba en la situación de estar frente a un guardia, otros
siete prisioneros y un guardia atrás… y entonces este hombre, mi amigo ahora,
formuló la frase que le salvo la vida: “yo tengo un fosforo”. Entonces para el
guardia que había pedido un fosforo, empezó a ser otro ser humano y de esa
forma el salvó su vida. Hay excepciones, hay bibliotecas que abordan de manera
extensa el homicidio, tenemos conflictos como Ruanda, terribles matanzas donde
los vecinos se mataron entre sí, cuando llegaron a adquirir una identidad
étnica. Tú no puedes quitarle la humanidad a tus pares, este es un mecanismo
para prevenir las matanzas. Creo que estoy llegando al punto para hacer
intentos y lograr mediación en donde la gente pueda verse como tal. Y aquí
estoy yo preocupado por esos seis mil homicidios al año y ustedes me dicen que
casi en todos estos casos nada sucede. Aquí hay una cosa extraña, o son una
sociedad completamente loca o son completamente desviados, con esa cantidad de
homicidios, comparativamente no tienen prisioneros, tienen una tasa de prisión
tan baja como Escandinavia, Guatemala tiene 47, Noruega 69, Cuba 600, Rusia 650
y USA 750 por cada 100 mil habitantes, niños incluidos, sacando a los niños se
tiene una de cada 100% está en prisión. Esto es un misterio científico en
Noruega, y Guatemala también. Todos los días creo que ya lo entendí y paso la
noche pensando y al otro día, la realidad es otra.
Ahora les debo advertir, al respecto de
esta tasa de bajos niveles de prisión: algunas autoridad podrían verse tentadas
a incrementarlos. Ese no es mi consejo. Las cárceles son la escuela del crimen,
son para los pobres y son construidas para darle dolor a la gente y la gente
pobre ya tiene suficiente dolor. Ellos necesitan ser ayudados, que les den
cosas, no que se les quiten. Pero por otras partes, los 6 mil homicidios traen
mucho dolor alrededor de estos cuerpos y unos con mucha irá, y saldrán a matar
y a vengarse, entonces se generan situaciones de sangrientas venganzas. Por
ejemplo he tenido conocimientos de casos en Albania, donde se le da el derecho
a la víctima de matar al victimario y nosotros estamos en un proyecto para
recuperar esta situación porque no podemos permitir que las familias se maten.
Si yo tuviera la oportunidad de trabajar en este país, intentaría que la gente
se reuniera y no se vieran como asesinos entre ellos. Al venir aquí trate de
informarme, sobre quienes son los miembros de las maras y al enterarme quise
tomar el vuelo de regreso a casa. Estoy consciente de cómo esta ansiedad que se
genera en el tema, limita vuestra vida. Ustedes también son soldados
prisioneros. Por ejemplo que mi nieta que me acompaña no pudiese ir en bus al
supermercado. Y al leer sobre las maras, me pregunto cómo es que la gente puede
ver a través de las maras, es un gran desafío, para ir de manera sistemática.
Penetrar en ellos para preguntarles cómo ven el mundo. Cómo miran a la otra
gente en Guatemala. Esto fue lo que hice con mis guardias. Pregúntenles a ellos,
cómo miran. Debiera darse la posibilidad de que personas que son de maras y las
que no puedan sentarse y decir lo que piensan. Ustedes pensaran que estoy
desinformado o estoy loco. Puede que tengan razón. Pero lo que digo está muy
ajustado a la criminología moderna: no hay tanto interés actualmente en las
respuestas penales sino en el de la mediación. Esto lleva a estar relacionado
con que la gente en los países industrializados ha perdido sus raíces. Nos ha
llevado a ser más pasivos e incrementa las posibilidades de perder la riqueza
social. En mi vecindario con el más pequeño ruido se llama a la policía.
Podemos decir que vuestra vida está gobernada por la ansiedad, en Noruega
podemos decir que no existen tareas comunes entre personas comunes. Y aquí viene
la mediación como una tarea que puede ser desarrollada por todos, el movimiento
por la mediación es una oportunidad para fortalecer la sociedad civil. Esto
implica que no sacamos a la gente, sino que traemos dentro. El interés en la
mediación es tan grande que aquí constituye una amenaza, porque los conflictos
y la mediación pueden ofrecer trabajos profesionales. Los abogados, dicen,
ustedes necesitan expertos para la mediación, o los psicólogos podrían
declararse expertos, pero mi idea y experiencia es proteger la mediación como
una propiedad de la gente común. Hace algunos años escribí un artículo “Los
artículos como propiedad” y ahí expliqué la gente tienen la tendencia de
robarse los conflictos de las otras personas. Dejen ustedes que los conflictos sean
propiedad de las partes. Algunos abogados nunca me perdonaron por llamarlos
ladrones profesionales.
Volviendo a su situación. Sería posible en
el caso de ustedes que se conozcan a las maras, que hubiese vencidarios que
inviten a las maras a explicarse. Si las maras con grupos altamente organizados
como se dice, es bueno, porque se puede pensar en términos de paz y guerra, se
puede negociar con los superiores. Y si no estuvieran tan bien organizado sería
bueno ir con los grupos de base y hablar con los vecinos.
Ahora tengo que hacer otra confesión que
talvez a ustedes no les guste. Me gustan las favelas, (comunidades marginales)
deberían ser protegidas. Conozco el misterio y conozco también la fortaleza:
ellos están forzados a un sistema interno de ayuda mutua. Cuando he estado
sentado en barrios de América Latina, me siento seguro, cuando estoy con
persona que me dicen que todo está bien. Y cuando hablo de ese asunto de las
maras, esto sería bueno que tomara lugar en los propios barrios o comunidades.
Mi idea sería, fortalecer esta comunidades
y darles capacidades para que se fortalezcan a sí mismos. Otra pequeña cosa que
me gusta al respecto de los barrios es que la gente está casi siempre haciendo
algo. Tienen que hacer algo para que la vida continúe. Poner energía eléctrica,
arreglar el camino. Significa que en los barrios sí atienden un determinado
aspecto que veo en mi propio país.
Lo que voy a decir es feo: Talvez …. En mi país utilizamos en alguna medida el
sistema educativo para librarnos de los niños y particularmente de la gente
pobre. Es obligatorio estar en la escuela hasta los 18 años. En los viejos
tiempos, no se podía, se ponían a trabajar. Hoy no, así que los ponemos en la
escuela. De esa forma se aíslan, tienden a ser sobresocializados como jóvenes,
se mantienen fuera del trabajo y se agrupan para vivir, pero saben que la vida
no les dará un trabajo en el futuro, esta cultura puede devenir en algo
negativo. La cuestión esencial en nuestro país es compartir el trabajo con la
gente joven. Yo causé polémica cuando propuse que los niños volvieran al
trabajo, sería una buena cosa. Ayudaría a hacerlos maduros y responsables.
Percibo entre las maras a jóvenes que no han madurado y no saben lo que quieren
y persiguen a la gente que tienen negocios y emulan el trabajo de estos.
Concluyo diciendo que este asunto de las maras es de mucha conveniencia para
ciertos sectores en Guatemala, su gran sistema de autoridades no es
cuestionado, las maras no son un movimiento revolucionario, usan métodos equivocados
para alcanzar los mismos objetivos que la sociedad y son una explicación de
todo lo equivocado en este país. Pero soy sentimental sobre la necesidad de la
gente de conocerse. He estado tanto tiempo con asesinos, y oigo sobre monstruos
que nos rodean, me sorprendo porque nunca conocí uno. No creo que existan.