Comparto con ustedes una correspondencia enviada por María Silvia Guillén, Directora Ejecutiva de FESPAD (con autorización de la autora)
Compañeras, compañeros:
Más que tristeza, es indiganción lo que nos atraviesa en este momento; hasta dónde van a llevar este país? Dejar a las y los compañeros detenidos para que la Fiscalía pueda recoger la prueba que ahora no pudieron presentar, es una tremenda injusticia, es un manejo arbitrario de la justicia; más cuando la jueza y todos los funcionarios que han participado en esta audiencia saben que todo esto ha sido un montaje; quienes mejor lo saben, son esos funcionarios que no participan en el sistema judicial, pero que hoy por hoy lo manejan.
Más que tristeza, es indiganción lo que nos atraviesa en este momento; hasta dónde van a llevar este país? Dejar a las y los compañeros detenidos para que la Fiscalía pueda recoger la prueba que ahora no pudieron presentar, es una tremenda injusticia, es un manejo arbitrario de la justicia; más cuando la jueza y todos los funcionarios que han participado en esta audiencia saben que todo esto ha sido un montaje; quienes mejor lo saben, son esos funcionarios que no participan en el sistema judicial, pero que hoy por hoy lo manejan.
Quién va a creer que en nuestro pais, el que se vende como el modelo de democracia, se acusa de terroristas a un grupo de personas que protestaban pacíficamente por el derecho al agua y contra la intención de privatización; los videos demuestran que fue un acontecimiento pacífico, la gente lanzó piedras como reacción al ataque de la UMO. A las y los compañeros de CRIPDES cuando se les detuvo les dijo el policía que era por una infracción de tránsito, se ha visto en un reportaje de la TCS, unos minutos después, esto estaba convertido en actos de terrorismo.
Hemos tenido conocimiento por el radio que golpearon a Lorena y a las otras y los otros compañeros cuando los subieron al camion para trasladarlos al sitio donde van a quedar detenidos. Hay un señor de más de 70 años que se encuentra muy mal de salud y no se le está dando atención médica.
Es una detención legal, pero apoyada en leyes violatorias de la Constitución, frente a las cuales, una jueza con ética debió haber declarado inaplicables sus disposiciones, tal como la faculta la Constitución misma. A más de la detención arbitraria que se ha hecho, es una detención que se base en la pérdida de la independencia judicial, sustentada en el sometimiento del órgano judicial al órgano ejecutivo, a los intereses del poder. Que triste para las y los jueces democráticos del país, que han venido acompañando y cobijando a esta jueza, a Lucila Fuentes De Paz, en su crecimiento profesional y en sus pretensiones de cargos públicos.
Es muy triste, muy injusto por las y los compañeros detenidos, por nuestro pueblo que no ve la posibilidad de acceso a la justicia, que no ve la posibilidad de respeto a la dignidad de la gran mayoría; es triste, pues esto ciega la posibilidad de democracia y de estado de derecho que se decía en construcción en nuestro país.
" A mí me da miedo, hermanos, cuando leyes represivas o actitudes violentas están quitando el escape legítimo de un pueblo que necesita manifestarse. ¿Qué sucede con la caldera que está hirviendo y no tiene válvulas de escape? Puede estallar. Todavía es tiempo de dar a la voz de nuestra gente la manifestación que ellos desean. Con tal de que haya, al mismo tiempo, la justicia que regula. Porque naturalmente, hermanos, cuando defendemos estas justas aspiraciones no estamos parcializándonos con reclamos terroristas. La Iglesia no está de acuerdo con la violencia de ninguna forma, ni la que brota como fruto de la represión ni la que reprime en formas tan bárbaras. Simplemente llama a entenderse, a dialogar, a la justicia, al amor (Homilía 19 de marzo de 1978, IV p. 79)."
Qué se pretende ? Que nos llenemos de miedo y guardemos silencio? Que nos llenemos de miedo y dejemos a las y los compañeros a su suerte? Pues nada más equivocado, hoy como ayer y como siempre, con más energía, con más fuerza, con solidaridad y compromiso a defender, cada quien con sus propias herramientas, los derechos de todo un pueblo que dice basta ya a tanta ignominia.
María Silvia.
Todo extremo es dañino y bueno que se haga eco de las injusticias. Los gobiernos, reitero deben tener líderes, no autoritarismos exagerados o extremistas.
ResponderEliminarUn abrazo afectuoso!